Ejercicios suaves y eficaces contra el estrés

 

Con las Ocho piezas de brocado trabajamos el Qi o Chi, una palabra china de difícil traducción que engloba distintos conceptos y significados, por ejemplo, algunos tratados lo definen como respiración o aliento, pero también como vapor, aire, oxígeno o el vacío de la circulación. Si a esto le sumamos que en el Diccionario de Medicina China de la Universidad de Harvard se encuentras 92 palabras pronunciadas como Chi y otras 66 como Ch’ i, debemos reconocer que la dificultad de traducción es grande. Sin embargo, podemos destacar dos tipos de Chi, el empleado en Tai Chi, que es traducido como “último” que viene de la traducción “Supremo último boxeo”, y el utilizado en Chi Kung que significa “energía vital”, o trabajo de la energía vital. No es fácil entender lo que es el Chi o Qi empleando la lógica occidental, porque acabaremos por simplificar este concepto sin captar toda su amplitud. Básicamente hemos de entender que al hacer Chi Kung estamos desarrollando la energía, en muchos casos desbloqueándola. Podemos en cierta forma asociar el Chi al Prana que se conoce desde la antigüedad en India, y que según Swami Sivananda “es la suma total de todas las energías contenidas en el universo”. O también asociarlo al Ki de Japón, que es la corriente de energía, vibración o fluido que anima todas las cosas. Para la Medicina Tradicional China el Qi , que circula por todo el cuerpo, es transformado en energías específicas en órganos, vísceras y meridianos , según las funciones que realiza. Al Qi total del cuerpo se lo denomina Zheng Qi, y se traduce como Qi Normal o Qi Verdadero. Este Qi circula en la más pequeña célula y en las partes mayores del organismo y siempre con la misma cualidad. Hay otros tipos de Qi o Chi, como el Qi Defensivo, o Wei Qi; el Qi de los órganos; el Qi de los meridianos (sobre los que trabaja la acupuntura), aunque no se ha de perder de vista que siempre se habla del mismo Qi, con diferentes efectos producidos por el movimiento en el interior del organismo. En la práctica de las Ocho piezas de brocado, que son ejercicios de Chi Kung (Qi Gong), procura tener una experiencia espontánea sobre el Qi, a través de las sensaciones.

Repaso dos primeras piezas de brocado de pie

Primera:
De pie, pies paralelos y separados a la anchura de tus hombros, piernas estiradas sin rigidez, columna recta, sacro estirado hacia abajo, manos a los costados. Respira con normalidad y busca una sonrisa interior. Concéntrate primero entre las dos cejas y luego envía con tu intención tu energía o Chi a una zona situada a unos tres dedos debajo del ombligo. (Dan Tien inferior). Sin tensión. Entrelaza los dedos de las manos y levántalas por encima de la cabeza. Invierte las manos y pon las palmas hacia arriba, como si sostuvieras el cielo y levanta los talones. Inspira cuando los brazos suben y siente como se estira el pecho y la cintura. Inclina el cuerpo hacia la izquierda, con la cabeza hacia el frente. Inspirando. Estira. Y vuelve al centro espirando. Ahora hacia la derecha, inspirando, y vuelves al centro espirando.

Segunda:
Adopta la postura del jinete: pies planos y paralelos, separados una vez y media la anchura de los hombros, y flexiona un poco las rodillas. No bajes demasiado al principio. No fuerces la zona lumbar, que debe quedar suelta y cómoda. Relaja los hombros. Antes de comenzar los movimientos, examina tu relajación. Entra ligeramente el mentón. Y siente que tu cabeza está suspendida por un hilo que sale del punto más alto. La mirada hacia el infinito o hacia abajo, a dos metros delante de ti, sin fijarla. Levanta las manos frente al pecho. Une las palmas entre la tetillas, como en posición de orar. Sepáralas y lleva la mano derecha hacia la zona del hombro derecho, cerrando el puño como para coger la cuerda del arco. El brazo y el codo horizontales. Abre bien el pecho, pero sin tensar. El que tira para atrás es el codo. El brazo izquierdo se extiende hacia ese lado, como tensando un arco para disparar. El índice debe estar estirado y los otros dedos doblados y relajados. Gira la cabeza hacia la izquierda y tus ojos miran hacia allí, a un punto muy lejano, como si apuntaras a un águila. Hombros relajados pero firmes. Concentra tu mente para sentir que estás tirando con fuerza del arco. Vuelve al centro, a la posición inicial. Recomienza el movimiento hacia el otro lado. Y encadénalo varias veces, hasta 12 de cada lado.

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Tercera pieza de brocado
De esta pieza se dice “Subir un solo brazo regula el bazo y el estómago”. Vuelve a la posición de partida, con los pies paralelos separados a la altura de los hombros y los brazos a lo largo del cuerpo. Lleva lentamente las dos manos paralelas, con las palmas enfrentadas, a la altura del estómago.

Sepáralas, la derecha sube por encima de la cabeza, con la palma hacia arriba, los dedos apuntando hacia la izquierda. Durante este tiempo la mano izquierda desciende con la palma hacia abajo y el brazo se va extendiendo. Cambiando de brazo repite alternativamente, hasta 12 veces con cada uno.

Intenta sentir que los brazos empujan algo que se resiste, pero sin tensar demasiado los músculos. Mientras subes los brazos, espira; cuando los desciendes hacia el estómago, inspira. Las manos se cruzan siempre a la altura del estómago, las palmas paralelas enfrentadas.

Los beneficios de esta pieza son notables. Cuando los brazos suben, los músculos del estómago se estiran, tanto a la izquierda como a la derecha. La subida y el descenso favorecen la circulación de Chi del brazo cuya cualidad es subir, y la del estómago, cuya cualidad es descender, así como la del hígado, que ayuda a ambos. Este movimiento regula la energía del estómago, el bazo y el hígado.

 

Cuarta pieza de brocado

De esta pieza se dice “Mirar hacia atrás previene las cinco debilidades y las siete heridas”.

A partir de la postura precedente, vuelves a la posición de partida, con los pies paralelos separados a la altura de los hombros, las manos sueltas, a los lados. Sin girar el talle ni el pecho, y sin tensar excesivamente los músculos del cuello, gira la cabeza lo más lejos posible para mirar hacia atrás. Gira bien la mirada para ver lo más posible el extremo del lado opuesto. Espira al girar la cabeza e inspira volviendo a la posición de partida. Haz lo mismo hacia el otro lado. Repite el movimiento varias veces. Como es breve, lo puedes encadenar el mismo número de veces una variante.

 

Variante:

Consiste en girarse completamente arrastrando el hombro del lado al que se mira, dejando pasivo el lado opuesto (hombro y talle).

 

Beneficios:

Las cinco debilidades se refieren a las enfermedades de los cinco órganos: hígado, corazón, bazo, pulmón y riñones. Las siete heridas se refiere a las emociones: alegría, cólera, tristeza, desesperación, miedo y terror, cuyas dianas son sobre todo el hígado y el corazón. La gran reputación que tiene este ejercicio es debida a la regulación de la región cervical y del bulbo cerebral en el cual se encuentran los centros de control del sistema neuro-vegetativo simpático y parasimpático. En el plano energético, se regulan puntos especiales sobre los que convergen todos los meridianos conocidos como Yan y los llamados meridianos curiosos, y otros puntos importantes de la acupuntura. Refuerza, asimismo, la musculatura cervical, previene los desórdenes vertebro-cervicales y refuerza los músculos oculares al mirar hacia atrás. También refuerza la circulación cerebral, al masajear fisiológicamente la circulación carotidea y sobretodo vértebro-basal. Es benéfico para las personas que sufren hipertensión arterial y están amenazadas por la apoplejía. Para ser eficaz debe ser practicado lentamente y con concentración. Una música relajante puede ayudar al proceso.

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